Terreviento – Resiste

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Artículo-Reseña sobre su último lanzamiento.

Muchos dicen que el hacer punk es una fase de la vida o del aprendizaje musical.

El tocar sin saber tocar, demuestra que cualquiera puede tocar. Que cada persona tiene derecho a expresar lo que sea que quiera decir, que el arte no es un privilegio ni un dote divino. Permite que cada persona pueda expresar y construir su propio mundo… y eventualmente puede aprender a tocar, si quiere.

Terreviento fue parte del apogeo de los festivales de fines de semana, en el proceso de masificación de la escena subterránea. Al dejar de haber grandes festivales, las bandas acostumbradas a tocar en esas condiciones pasan a tocar cada vez menos.

En el contexto de la diversidad de circuitos musicales que trabajan en pequeños y medianos espacios con ocasionales oportunidades masivas, resulta interesante como algunas bandas afirman su identidad y retoman esfuerzos para seguir difundiendo sus narrativas sonoras, testimonio de cómo entienden la realidad que les tocó vivir.

Terreviento continúa neciamente y lo expresa en el disco más sólido de su carrera, con una ejecución y trabajo de estudio impecable, junto con una narración sincera, como si tuvieras a su cantante Cachete, cantando calato.

Los temas del disco nos tocan a todos, la afirmación de la identidad propia y la indignación ante la decadencia de la corrupción de los partidos políticos, autoridades electas y funcionarios administrativos del Estado Peruano, que es reconocida, asumida, enfrentada y reproducida por ciudadanos de todos orígenes y contextos, culturales, económicos, sociales

«Resiste» es testimonio de cómo una banda resume lo mejor que ha aprendido en más de diez años de recorrido. Es un disco que incluye cada estilo derivado del punk, hardcore y hasta (new)metal que la banda puede interpretar, sin dejar de mantener su identidad sonora propia, dentro del hardcore punk melódico peruano.

Hay un fenómeno particular de las bandas que suelen tocar en festivales regularmente. Es que desarrollan composiciones pensando en las posibilidades sonoras de escenarios y sonidos grandes. Se van aprendiendo maneras seguras de hacerlas cosas, al tocar seguido aprendes qué puedes tocar de manera potente sin complicarte.

En ese sentido la ejecución de la banda es totalmente sólida en los lenguajes musicales que cultivan y el sonido de cada instrumento lo sustenta, en una mezcla que deja espacio para cada instrumento, con un bombo con kick y tarola de Walter Sotomayor siempre presente, la voz de Cachete adelante, guitarras de Giancarlo García y Richard Villanueva paneadas (balanceadas entre ambos parlantes) y el bajo de Jorge Sabana ecualizado de tal manera que los agudos de la cuerda y medios graves del instrumento le permiten estar nítido en el resultado final, sin opacar a los demás instrumentos.

Habiendo escuchado a esta banda desde sus inicios es destacable la consistencia en sus convicciones. Les siguen llegando al pincho las mismas cosas, siguen siendo unos pervertidos sexuales,  siguen celebrando en exceso, siendo groseros, leales con sus amigos y expresándolo vehementemente. Pero han madurado, en sonido y toque. Tienen las cosas mucho más claras y al hacerse mayores… se afirman en lo que creen.

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