Alejandro y María Laura – Paracaídas

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[dropcap size=big]R[/dropcap]eseña de Paracaídas, disco debut del dúo de cantautores Alejandro y María Laura, producido por Mabela Martínez y Matías Cella

El primer disco de Alejandro y María Laura nace en un contexto inusual. Por un lado existe en Lima un efervescente movimiento de cantautores que, si bien parten del formato de voz y guitarra acústica, buscan interiorizar o trascender los lugares comunes de la nueva trova cubana, la llamada nueva canción latinoamericana y la balada de autor.  Por otro lado el trabajo independiente y autogestionario se afirma como la alternativa más coherente ante las carencias de las industrias musicales en el Perú.

En el caso de Alejandro y María Laura, los matices en el trabajo cancionístico afirmados por el sutil aporte del jazz, el bossa nova y la músicas afroperuanas, sumados al constante y ejemplar trabajo de los integrantes del proyecto por capacitarse en el trabajo musical independiente (Alejandro Rivas y María Laura Bustamante, valga la redundancia) hace que Mabela Martínez desde el programa y productora Sonidos del Mundo, apoye la existencia de este proyecto musical, como para producir ejecutivamente este disco.

La propuesta sonora, visual y narrativa de Alejandro y María Laura es una depurada síntesis de influencias que integran un universo creativo en sí mismo. Esta es la introducción a un mundo personal, colorido, lúdico, en el que hay un fuerte trabajo melódico que enfatiza atmósferas de melancolía romántica.

Producido y mezclado por el productor musical Matías Cella (reconocido por su trabajo junto a cantautores como Jorge Drexler y Kevin Johansen) Paracaídas incluye a distintos instrumentistas que aportan al resultado final con sutiles arreglos, enfatizando el hecho de que la calidad sonora de este disco está hecha abiertamente con estándares internacionales.

Además del uso de acordeones, batería, percusión, contrabajo, loops, lap steel, tuba, trombón y otros instrumentos, destaca el uso de la guitarra eléctrica dentro de temas donde predomina lo acústico.

Nos da la impresión de que narrativamente se busca trascender la facilidad de las canciones suaves. No vamos a encontrar rimas forzadas como en tantas baladas comerciales, si no la intención de decir algo.

Desde un principio, las letras plantean el cuestionamiento en los circuitos musicales independientes, repitiendo la letanía de las preocupadas familias que asumen que de la música no se puede (o debe) vivir: «cambia de vocación, olvida tu canción».

Con una actitud positiva e independiente, Alejandro y María Laura, ofrecen un intimista paseo por imágenes de la vida cotidiana, sobre todo en pareja, demostrando que no van a abandonar su vocación tan fácilmente.

El detalle está en que esos lazos de una pareja, exhibidos públicamente, pueden generar ternura o un poco de roche. Así que la propuesta de Alejandro y María Laura será disfrutada por corazones sensibles hacia la melodía, el color y sí, lo dulce.

Este disco puede ser delicioso para quienes busquen ciertas formas de amor, pero seguramente será empalagozo para quienes busquen otro tipo de emociones. El hecho es que puede sorprender a personas que no disfrutan cotidianamente de artistas peruanos y eso tiene un valor en sí mismo.

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