Andrea Martínez salió de cuarentena más segura de sí misma, sin miedo a dar pasos firmes y con su primer disco bajo el brazo: «Drama». Un trabajo dividido en dos actos y un intermedio, como obra de micro teatro que cumple con el objetivo de convertirse en un completo show para el espectador.
Si hay algo que caracteriza a Andrea Martínez como artista es su versatilidad en cuanto a estilos y géneros musicales. «Trato de huir de lo monótono», afirma con ligereza. Y es que, desde sus inicios en 2015, el público ha sido testigo de una trayectoria llena de aprendizaje y exploración musical que empezó con un estilo funky y que fue experimentando con el rock y el electro, pero siempre manteniendo ese ‘pop ácido’ con el que hoy se suele definir. Ese crecimiento artístico se ha visto reflejado en su primer álbum de estudio, «Drama», lanzado el último 10 de julio.
Se trata de un disco conformado por nueve canciones repartidas en dos actos y un intermedio, a modo de una pequeña puesta teatral. Un material que, nuevamente, evidencia su amor por la variedad musical, pues incluye tracks con sonidos de trap, música criolla, pop, electro, rock, entre otros géneros. Lo mejor es que todo está cohesionado para que el oyente solo se deje llevar por esa montaña rusa musical que no llega a desentonar. Y quizás esa coherencia esté vinculada a que sea un álbum grabado en un ambiente casero y producido por su propio hermano, Arturo Martínez. «Trabajar con mi hermano es muy fácil porque ya tenemos años haciendo música juntos», cuenta Andrea, mientras detalla un poco más sobre su última y más grande producción en una pequeña entrevista.
¿Cómo nació la idea de dividir el disco “Drama” en dos actos y un intermedio?
«Drama» tiene esta estructura de micro teatro, con sus dos actos y un intermedio, porque cuando se me ocurrió que el disco se llamara así, quise sacarle el jugo a esa palabra. «Drama», coloquialmente, se podría montar en una situación adversa diaria. Es también un género teatral y literario, y me encantó que fuera parte de una disciplina escénica. Yo soy una persona muy escénica; la música también la llevo por ese lado cuando me presento en vivo. Es como montarme un teatro, muy interpretativo. Quise explotar esa acepción de la palabra; entonces se me ocurrió agrupar las canciones como un viaje emocional y darle la forma de un micro teatro. «Drama» viene de una palabra griega que significa «hacer y actuar». Cuando supe de ese significado, me enamoré y me convencí de que así se llamaría.
Es un álbum que se caracteriza mucho por su variedad de géneros musicales. ¿Ya estaba pensado que el disco fuera así o eso fue surgiendo en el camino?
Un poco de ambas. Ya estaba pensado que me fluiría incluir diferentes estilos porque me aburre cuando todas las canciones de un álbum tienen melodías parecidas. Me parece que la música, y sobretodo un álbum, siempre debe tener dinámicas. Sin embargo, en el camino fueron llegando sorpresas, como incluir canciones que quizás no había planeado que estuviesen, pero que funcionaban muy bien. El hilo conductor siempre ha sido mi pop ácido; es decir, canciones con melodías recordables, cantables, con letras con las que muchas personas se puedan identificar y conmover.
¿Cómo fue el proceso de grabación junto a tu hermano, Arturo Martínez? ¿La pandemia retrasó algo?
Arturo fue quien se encargó de la producción musical, la mezcla y el máster. Ha sido un proceso muy lindo, de evidente conexión. Fue muy rápido: comenzamos en enero y terminamos en junio. Trabajar con mi hermano es muy fácil porque ya tenemos años haciendo música juntos. Cada uno tiene sus preferencias, pero sabemos respetarnos. La pandemia solo afectó para bien en el aspecto creativo: me volvió un poco más sensible. Arturo y yo vivimos juntos, así que el encierro fue en beneficio para el proyecto.
Has lanzado diferentes sencillos y EPs, pero «Drama» es tu primer álbum. ¿Por qué decidiste que era momento de lanzar un disco?
Es una linda pregunta, porque me hace reconocer que he crecido. Antes no hice un disco porque no me sentía lista. Sentía que tenía talento, pero todavía estaba muy desubicada en lo que quería. Me escondía en mis letras; experimentaba con muchos estilos porque me gustaba la música en general y lo hacía por placer, pero todavía no había un objetivo artístico. Ahora sí ha sido muy placentero, porque estoy percibiendo una huella artística y eso me hace muy feliz. Sacar un disco ya es un statement. Me sentí lo suficientemente preparada para afrontar lo que viene con ello.
¿De qué forma has percibido la respuesta del público hasta el momento?
La respuesta ha sido hermosa. Muchas personas no se aguantaron y me mandaron comentarios del disco, diciéndome que lo podían escuchar muchas veces y que eso no les pasaba hace mucho. Creo que ha conmovido y ha retado. Por otro lado, están contentos de que el trabajo sea peruano. En líneas generales, hay un recibimiento muy positivo.